Terapias del Alma

Despertemos nuestra conciencia e iluminemos nuestros corazones, sin olvidar cuán importante es iluminar los corazones de nuestros hermanos y hermanas para que ellos puedan despertar su conciencia también.

Ayudemos a todos los seres a vivir en armonía y sembremos amor y paz allá por donde caminemos.

Con todo mi amor y con todo mi corazón.

Mil bendiciones a todos.



lunes, 22 de abril de 2013

La Esencia de la Ayuda Profesional - Desarrollo personal




Hay momentos en la vida en  que uno necesita sentirse respaldado y acompañado en el camino. Cuando creamos las condiciones  adecuadas, todo individuo es capaz de conectar con su propia sabiduría interior y encontrar las claves hacia su bienestar personal. El apoyo terapéutico nos ayudara a: ampliar nuestra mirada, superar las dificultades y descubrir nuestro verdadero "sentido del vivir".

A afortunadamente hoy en día la búsqueda de ayuda psicológica no está solo relacionada con la patología y el malestar. Muchas personas acuden a consulta con la intención de mejorar en algún aspecto de su vida o descubrirse algo más a sí mismos.

Si bien es cierto que las dificultades de la vida nos pueden llevar a acudir a terapia, no es menos cierto que vivimos en un mundo en que la pérdida de valores y de compromisos reales con nosotros mismos y nuestro entorno, están generando un gran vacío interior.

Por ello también otras muchas personas acuden a consulta en busca de este sentido existencial que les falta en su vidas. Personas que aparentemente tienen una vida "modélica"; trabajo, familia, amistades, etc, y que por distintos motivos sienten que les falta algo importante; la misión existencial.

No necesariamente debemos imaginar esa misión como algo profundo, oculto y difícil de descubrir, se trata más bien de ir eliminando esas capas externas que nos confunden e impiden darnos cuenta de nuestra verdadera esencia o sentido del vivir.

Estamos tan entretenidos con nuestro ritmo actual de vida, las rutinas, prisas y demás quehaceres diarios, que somas "presa fácil" para caer en los enredos cotidianos sin darnos cuenta en que invertimos nuestra energía y qué importancia decidimos dar a cada circunstancia de nuestra vida.

La inmediatez y velocidad de nuestro ritmo diario solo nos permite reaccionar a que nos pasa sin paramos a actuar con mayor consciencia con lo que nos pasa.

Sin darnos cuenta el malestar se instala en nuestras vidas y dejamos de disfrutar con lo sencillo. Nos pensamos que para volver a estar bien tenemos que hacer grandes cambios o que tienen que ocurrir importantes acontecimientos.

Nos confundimos, nos frustramos y, nos bloqueamos porque no sabemos salir del "enredo".
Por eso cuando una persona decide acudir a terapia ya se ha producido el primer cambio importante; la necesidad de observarse desde otro prisma diferente que le permita tomar consciencia de aquello que le está ocurriendo.

No siempre es fácil dar el paso, para eso tenemos que superar algunos obstáculos, ideas o prejuicios que nos hemos formado sobre la búsqueda de ayuda: no puedo estar tan loco como para ir a un psicólogo, que pensaran de mí, seguro que esto no es nada, ya se me pasara..., etc, etc, etc.
La primera premisa en el trabajo terapéutico es entender al ser humano sin etiquetar ni juzgar su comportamiento, solo de esta manera podremos tener una amplia mirada del problema y también entonces, de todas sus posibles soluciones.

Cuando somos capaces de entender que lo que nos está sucediendo tiene una lógica en nuestro subconsciente, ya estamos entrando en el terreno de la sanación de aquello que nos sucede.

Observar con y desde el amor lo que nos pasa, es fundamental para superar las dificultades que nos vamos encontrando en el camino. Por supuesto esto no quiere decir quedarme pasivo ante lo que me ocurre sino que mi mirada amorosa a eso que me ocurre, me permite a la vez ampliar y reconocer mis recursos internos que me lleven a resolver el conflicto.

En este sentido la terapia es una herramienta en si misma o dicho de otra manera; un apoyo temporal sobre el que la persona aprende a construir una nueva realidad en su vida, más coherente consigo mismo.
Por eso es importante no confundir las herramientas con el fin es decir; la terapia no es el fin sino una herramienta que me permite crecer y conseguir mayor autonomía en mi vida.

Pongamos otro ejemplo: la meditación es una herramienta muy valiosa pero no un fin en sí mismo. Es decir, el hecho de meditar todos los días no me convierte en mejor persona ni me hace estar más cerca de la felicidad.
Si me obsesiono con la meditación y pienso que no meditar un día es una mala práctica, estaré desviando la atención de lo más importante. Es la experiencia de meditación lo que me permite conectar conmigo pero no lo que me produce la felicidad en mí día a día.

Si no traslado la amplitud de consciencia que consigo meditando a mi vida personal, la practica en sí misma no me garantiza más que un momento personal de desconexión. Por tanto podría simplemente ayudar a fortalecer mí propio ego creyéndome mejor persona solo con la práctica meditativa.
Esto también es aplicable al que hace uso de la herramienta en el caso de la terapia; el psicólogo.
El psicólogo es un facilitador que permite a la persona ver otros matices de su realidad. Acompaña en el proceso con la escucha activa, y otras técnicas y recursos terapéuticos eficaces para la toma de consciencia así como para el cambio de su presente.

En el trabajo terapéutico el psicólogo no posee la verdad ni decide el camino del paciente. Se trata de un trabajo en equipo, de una interacción continua entre terapeuta y paciente. El psicólogo actúa de espejo permitiéndote ver las otras caras de tu realidad, tomando una nueva consciencia para encarar las dificultades desde tu fortaleza e integridad con el objetivo de superar y resolver los obstáculos del camino.

Por eso en la terapia se producen momentos mágicos de mirada, respeto y cambio interno. Solo a través del amor y la confianza podemos transitar lugares inciertos y en ocasiones dolorosos para realizar el aprendizaje necesario y salir reforzados.
Llegar a este nivel de profundidad terapéutica es imprescindible para el cambio pues trabajamos con lo más sagrado y sutil; nuestra alma.

La mayoría de los enredos en los que nos vemos envueltos se producen por la desconexión interna entre lo que quiero de verdad y lo que siento que debo hacer por miedo a la perdida, el cambio, el rechazo, etc.
En realidad todos deseamos y anhelamos cosas, situaciones, personas y además tenemos una consciencia interna de lo que está bien para nosotros independientemente de lo que digan los demás. Respetar nuestra esencia significa entrar en contacto con lo realmente autentico y digno de nosotros mismos; la voz de nuestra alma.

La libertad del ser humano radica en la capacidad de elegir y permitir que los demás elijan su camino. Para poder elegir sanamente debo ser consciente de cuanto estoy de implicado o  “atrapado" en la situación pues cuanto más identificado estoy con lo que me pasa, menos capacidad de elección tengo y más alejado estoy de mi esencia o verdadero destino como ser humano.

Si mis elecciones son destructivas para mí o mi entorno, y además se escapan de mi control, no estaré ejerciendo una libertad sana por lo que la ayuda psicológica será imprescindible.
La labor del psicólogo consiste en reconectarte con tu propia esencia, sana y amorosa, y así recuperar tu fortaleza interior para avanzar hacia donde tú quieres en la vida.

No se trata de ir todos en la misma dirección, pero si en la dirección sana para cada individuo. No hay una sola dirección adecuada sino muchos caminos para llegar a la autorrealización personal.

Estando conectados con nuestras necesidades autenticas no caeremos en el desanimo si no conseguimos nuestros objetivos en los primeros intentos pero si tus anhelos no son auténticos, sucumbirás con facilidad a la tentación de abandono y puedes llegar a convencerte pensando: esto no es para mí.

En el proceso terapéutico iras descubriendo lo que en realidad quieres, lo que da sentido sano y vital a tu vida, más allá de lo que se espera de ti. Encontrar la motivación interna y profunda es lo que te impulsa en la vida para alcanzar tus objetivos personales, profesionales e incluso espirituales esa es la meta de cualquier ser humano. 

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