Terapias del Alma

Despertemos nuestra conciencia e iluminemos nuestros corazones, sin olvidar cuán importante es iluminar los corazones de nuestros hermanos y hermanas para que ellos puedan despertar su conciencia también.

Ayudemos a todos los seres a vivir en armonía y sembremos amor y paz allá por donde caminemos.

Con todo mi amor y con todo mi corazón.

Mil bendiciones a todos.



jueves, 9 de mayo de 2013

Tiempo de Celebrar =D

 Simplemente Felicidad....


LA RELACIÓN MADURA



El amor puede tener 3 dimensiones: dependencia, independencia, interdependencia.

La primera es la dependencia, es lo que le sucede a la mayor parte de la gente. 
El marido depende de la mujer, la mujer del marido, se poseen el uno al otro, se dominan uno al otro, se aprovechan el uno del otro.

Por eso, aunque el amor puede abrir las puertas del paraíso, sin embargo, sólo abre las puertas del infierno. 


La segunda posibilidad es el amor entre dos personas independientes. 
Esto ocurre de vez en cuando, pero también produce infelicidad porque hay un conflicto constante. Ambos son muy independientes y ninguno está dispuesto a ceder, a amoldarse al otro. 

Es imposible vivir con personas como los pensadores, filósofos, poetas, artistas, los científicos, y todos aquellos que viven en sus mentes, en una especie de independencia; son personas demasiado excéntricas para vivir con ellas.
Le conceden libertad al otro, pero esa libertad se parece más a la indiferencia, porque da la impresión de que el otro no les importa.

Se dejan espacio uno al otro. La relación suele ser superficial, tienen miedo de profundizar en el otro, porque están más aferrados a su libertad que al amor.


La tercera posibilidad es la interdependencia.
Esto ocurre en raras ocasiones, pero cuando ocurre, una parte del paraíso cae sobre la Tierra.
Dos personas, ni dependientes ni independientes, sino en una enorme sincronicidad, un espíritu en dos cuerpos. 

Cuando sucede esto, ha sucedido el amor. Sólo se le puede llamar amor a esta posibilidad, porque las otras dos no son amor en realidad, son sólo acuerdos sociales, psicológicos, biológicos. En cambio esta tercera posibilidad es espiritual. 


C. S. Lewis y Abraham Maslow dividen el amor en dos categorías: el “amor necesidad” y el “amor regalo”. 
El “amor necesidad”, que también se le puede llamar “amor insuficiencia”, depende del otro; es un amor inmaduro. En realidad no se trata realmente de amor, sino de una necesidad. Utilizas al otro como un medio, te aprovechas, manipulas, dominas. Y el otro queda debilitado y casi aniquilado. Utilizar a otro ser humano es muy poco amoroso, aparenta ser amor, pero es un amor falso. 
Este tipo de amor es el que le sucede a la mayoría de la gente, porque en la infancia recibes la primera lección de amor. 

Cuando nace un niño, depende de la madre. El amor hacia su madre es un “amor deficiencia”, necesita a la madre para sobrevivir, ama a su madre porque ella es su vida. 

La madre satisface todas sus necesidades, le protege, le cuida, le da amor. 
Hay muchas personas que siguen siendo infantiles toda su vida, nunca crecen. Crecen en edad pero su mente no crece; su psicología es infantil, inmadura. Siempre están necesitadas de amor. Este tipo de amor es necesidad. 

Cuando una persona empieza a amar, en lugar de necesitar, ha madurado. Empieza a rebosar, a compartir, a dar. El énfasis es distinto. Con el “amor necesidad” se hace énfasis en cómo conseguir más. En cambio con el “amor regalo”, o también llamado “amor del ser”, el énfasis está en cómo dar, cómo dar más y cómo dar incondicionalmente. Esto es crecimiento, madurez. Una persona madura da. Y sólo puede dar una persona madura porque es la única que tiene algo para dar. Este amor no es dependiente. Puedes amar aunque el otro sea o no sea. Entonces el amor no es una relación, es un estado. 

Cuando nace una flor en la profundidad del bosque, sin que nadie pueda apreciarlo, sin que nadie pueda oler su fragancia, sin que nadie saboree su belleza, sin nadie para compartirlo, ¿qué ocurre? ¿Qué le sucede a la flor? ¿Se muere? ¿Sufre? ¿Se suicida?
Simplemente sigue floreciendo. Le da lo mismo que pase alguien o no. Sigue ofreciendo su fragancia, su belleza a la totalidad. 

Cuando esté solo seguiré siendo tan amoroso como cuando estoy contigo. No eres tú quien origina mi amor. Si fueses tú, en el momento que tú desaparecieses, también desaparecería mi amor. No estás extrayéndome mi amor, estoy rociándote con mi amor. Esto es “amor regalo”, “amor del ser”.

El amor no se puede dividir en dos categorías, tal y como lo han dicho C. S. Lewis y Abraham Maslow, porque el “amor necesidad” no es amor, sólo es necesidad.
Y ¿cómo puede ser el amor una necesidad?

El amor es un lujo, es abundancia. El amor es tener tanta vida que no sabes qué hacer con ella, por eso la compartes. Es tener tantas canciones en tu corazón que necesitas cantarlas, sin importar que alguien las esté escuchando o no. El otro puede recibirlo o perdérselo, pero en lo que a ti respecta, estás emanándolo, estás rebosante. 
Los ríos no fluyen para ti; aunque tú no estés, seguirán fluyendo.

Cuando dependes del otro siempre hay infelicidad. En cuanto dependes, empiezas a sentirte desgraciado, porque la dependencia es una esclavitud. 
Entonces, empiezas a vengarte de forma sutil, porque la persona de la que dependes tiene poder sobre ti. A nadie le gusta estar bajo el poder de otra persona, depender del otro, porque la dependencia mata la libertad. Y el amor no puede florecer en la dependencia, el amor es una flor de libertad.

El amor solamente sucede cuando eres maduro. Sólo eres capaz de amar cuando has crecido, madurado, cuando sabes qué es el amor, cuando no se trata de una necesidad, sino que estás rebosando amor, amor del ser. Entonces das sin poner condiciones, es amor incondicional. 

Cuando no tienes amor, le pides al otro que te lo dé, eres un mendigo. Y el otro está pidiéndote que se lo des. Dos mendigos extendiendo la mano el uno al otro y esperando que el otro tenga algo. Naturalmente, al final, los dos se sienten decepcionados y engañados, porque los dos estabais vacíos.

Una persona inmadura siempre se enamora de otra persona inmadura, porque entiende el idioma del otro.

Una persona madura ama a otra persona madura, pues las personas inmaduras no le atraen en absoluto.

Una persona madura no se enamora, no cae enamorada, sino que asciende en el amor. 
Una persona madura tiene integridad para estar sola, y cuando da amor, lo da sin estar atada a ningún hilo, simplemente lo da. 

Cuando una persona madura da amor, está agradeciendo que lo aceptes, no espera que se lo agradezcas, simplemente te da las gracias por aceptar su amor.

Y cuando dos personas maduras se aman, ocurre uno de los fenómenos más hermosos: están juntos pero enormemente solos. No destruyen su individualidad. Se ayudan el uno al otro a ser más libres. 

No están involucrados en dominarse. ¿Cómo puedes dominar a la persona que amas?
La dominación es una especie de odio, rabia, enemistad.

La libertad es un valor más elevado que el amor. Si el amor destruye la libertad, no vale la pena. Sin libertad nunca serás feliz, es imposible. 
La libertad es el deseo intrínseco de todo hombre y toda mujer, por eso uno empieza a odiar todo lo que destruye su libertad. 

El amor verdadero es amor del ser. El amor del ser es un estado. 
Cuando llegas a casa y sabes quién eres, entonces surge el amor en tu ser. La fragancia se empieza a extender y se la puedes ofrecer a los demás.
El primer requisito básico para poder dar amor es tener amor, porque no se puede dar lo que no se tiene.

Osho
Camino al despertar


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