Terapias del Alma

Despertemos nuestra conciencia e iluminemos nuestros corazones, sin olvidar cuán importante es iluminar los corazones de nuestros hermanos y hermanas para que ellos puedan despertar su conciencia también.

Ayudemos a todos los seres a vivir en armonía y sembremos amor y paz allá por donde caminemos.

Con todo mi amor y con todo mi corazón.

Mil bendiciones a todos.



jueves, 3 de enero de 2013

-La manipulación emocional-




¿Alguna vez se ha sentido presionado a realizar algo que no quería, u obligado a decir sí cuando en realidad quería decir no?

Si nos movemos bajo la influencia de otro y nos dejamos llevar por opiniones ajenas, no estamos centrados en nuestro poder personal. Para que no nos manipulen, debemos tener claro dónde y cuándo poner los límites. Debemos atrevernos a decir no sin miedo al juicio del otro, al fracaso o al rechazo. 

Mientras tengamos miedo a que nos rechacen, seremos manipulados. Porque esta es precisamente una de las armas del manipulador: “Si no actúas como quiero, no te hablaré más”. 


El manipulador depende del manipulado y viceversa. Es una relación de pérdida de libertad.

Manipulación en todos los ámbitos
Un ser humano libre se atreve a decir no y actúa basándose en sus convicciones, sin temor a quedarse solo ni a ser rechazado. 

Al sistema no le interesan seres libres, con poder de voluntad desarrollada, que piensen conscientemente, actúen y se responsabilicen de sí mismos. Por esto se nos manipula a muchos niveles, social, político, religioso, mediático, publicitario, y en nuestras relaciones interpersonales.

Es muy importante comprender los procesos de manipulación interpersonal, y darse cuenta a tiempo de que una persona es manipuladora para así no permitir que nos manipule y en recuperar nuestro poder interior.

Características del manipulador
No tiene en cuenta las necesidades o los deseos de los demás.
Miente y es egocéntrico.
Responde a menudo de forma confusa
Divide para reinar mejor. (siembra cizaña y sospechas)
Cuando puede, procura dejar notas escritas, llamar o mandar mensajes en vez de dar la cara.
Cambia de comportamiento, de opinión y de sentimientos en función de las personas y las situaciones.
Culpabiliza a los demás, traspasándoles a ellos la responsabilidad que le corresponde a él o ella.
Utiliza la adulación, hace regalos o nos mima súbitamente.
Critica sin que se note, desvalora y juzga. Juega con la ignorancia de los otros para evidenciar su supuesta superioridad.
Sabe hacerse la víctima para que lo compadezcan.
Espera al último momento para pedir, dar órdenes o hacer trabajar a otros.

El chantaje emocional
Una de las formas habituales de manipulación es el chantaje emocional, en el que, por ejemplo, uno amenaza con poner fin a una relación si el otro no hace lo que él quiere; si no se le conceden sus deseos.

Miedo y dudas
“Nadie puede herirle sin su consentimiento” (Eleanor Roosevelt)

Una persona vulnerable a ser manipulada o a aceptar el chantaje emocional suele tener ciertas características, como por ejemplo una autoestima baja, vivir sin rumbo, ser demasiado ingenua, o ha perdido el sentido de la vida, depende de otro, teme la soledad, muchas dudas sobre uno mismo, un profundo miedo al conflicto, una necesidad exacerbada de aprobación, la necesidad de que haya paz al precio que sea.

Poniendo límites
En el momento en que nos damos cuenta de que estamos siendo manipulados, debemos escuchar a nuestra intuición y ser conscientes de lo que sentimos. A veces hay que poner distancia para observar desde lejos lo que se está viviendo y darse cuenta de lo que se quiere y a qué hay que poner límites. Nadie puede hacerle sentir nada sin su permiso.

Recuperar nuestro poder
Sepa poner límites, no le de vueltas a las cosas innecesariamente y no se centre en el dolor ni en sentirse víctima. Porque si por un lado se fortalece y por el otro se debilita, no logrará centrarse en el poder interior que necesita para vivir libre de dependencias emocionales.

Revise sus creencias
¿Las preocupaciones le dan bienestar, salud, le ayudan a canalizar la energía de su mente, a encontrar soluciones? ¿Cree que para ser amado necesita siempre complacer al otro? ¿Le beneficia complacer al otro renunciando a lo mejor para usted?
Si la respuesta es que no, revise por qué mantiene estos comportamientos.

Expresar necesidades y poner límites
Para evitar el conflicto, solemos ceder a las solicitudes del otro en contra de nuestro bienestar interior. La necesidad de que haya paz a cualquier precio nos lleva a enfermar, ya que no ponemos límites.

Es vital que no tengamos miedo al enfado del otro. El miedo disminuye nuestra capacidad asertiva de responder sin ser manipulados. Cuando vamos a la defensiva, expresamos al manipulador que estamos bajo su influencia, y él o ella se regocijan del poder que tienen sobre nosotros. Así lo alimentamos.

Se puede ser asertivo, comunicar sin atacar y sin ir a la defensiva. Si su relación con el otro se basa en una necesidad, intentará que la persona satisfaga sus carencias. Al relacionarse desde la necesidad, es inevitable que haya conflictos, expectativas y frustración. Mientras vayamos al encuentro del otro desde nuestras necesidades dependientes, las relaciones seguirán siendo nidos de problemas y de manipulación. Por el contrario, ir al encuentro del otro desde la plenitud de nuestro ser nos ofrece un vínculo creativo y complementario.

-Fuente: adaptación texto de M. Subirana 
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