Si sientes que deseas estar lejos de alguien que amaste es porque te has peleado y te aseguro que a una parte de ti le hubiese gustado no haber tenido que pelearse. Todas las personas tarde o temprano se distancian o se pelean con su pareja y en el 99,99 % de los casos, cuando la desilusión llama a tu puerta es porque te han roto tus expectativas.
¿De quién me enamoro?
Cuando te sientes atraída/o por una persona, tiendes a asumir que lo que estás sintiendo te lo produce la persona. Sin embargo, lo que en realidad ocurre es un mecanismo que se vuelve inconsciente: CREAS UNA ILUSIÓN DE QUIÉN ES LA PERSONA QUE PERCIBES. Esta falsa imagen creada en tu mente la llenas de expectativas que nunca se corresponderán con el ser humano por el que te sientes atraído.
Cuando te sientes atraída/o por una persona, tiendes a asumir que lo que estás sintiendo te lo produce la persona. Sin embargo, lo que en realidad ocurre es un mecanismo que se vuelve inconsciente: CREAS UNA ILUSIÓN DE QUIÉN ES LA PERSONA QUE PERCIBES. Esta falsa imagen creada en tu mente la llenas de expectativas que nunca se corresponderán con el ser humano por el que te sientes atraído.
A partir de este momento, cada vez que interactúas con esa persona comparas automáticamente a ese ser humano con el ideal que creaste y cada vez que no se correspondan, tu fantasía se irá resquebrajando y con ella irá disminuyendo el enamoramiento o la atracción original. Sin embargo, esos aspectos que no te gustan de esa persona, también estaban cuando la conociste, pero no fuiste consciente porque habías puesto TU ATENCIÓN SOLO EN LOS ASPECTOS POSITIVOS.
El distanciamiento
Junto a las ilusiones rotas aparece el dolor que, habitualmente, ningún ser humano quiere abrazar. Este dolor aumenta hasta alcanzar la misma intensidad que tuviste cuando te sentiste enamorada. Si antes te sentías atraída, en este estado emocional lo que más deseas es justamente estar lejos o el menor tiempo posible con esa persona. Cuando el distanciamiento llega, inevitablemente, trae de la mano eso que se llama RESENTIMIENTO. Resentirte con tu pareja equivale a negar u olvidar lo que te atraía de ella. Si al principio veías las similitudes que te unían, ahora ves las diferencias que te separan.
Pero tanto en el enamoramiento como en el resentimiento hay una percepción distorsionada de la persona que evalúas. Lo que resientes de tu pareja son las actitudes o comportamientos que tú niegas que haces a otros o, incluso, que se lo haces a tu propia pareja o a ti misma/o.
Yo no soy así” – “Yo nunca le he hecho eso a alguien
Tu pareja es el espejo de tu inconsciente, de esa parte de ti a la que no tienes acceso directamente, esa misma que no conoces y no puedes todavía abrazar. Tu eres un ser creador, es decir una parte de ti construye y otra destruye, una parte de ti genera alegrías y otra tristezas, un aspecto de ti es condescendiente y otro intolerable. La plenitud consiste en abrazar esta dualidad porque las dos coexisten y son necesarias en tu existencia.
Todo lo que ves en tu pareja, tanto si es positivo como negativo son simplemente aspectos no reconocidos en ti. Cuando más te niegas a reconocerlos, más te empujará la vida a convertirte en aquello que condenas. ¿Has visto a gente que con los años se convierten, incluso físicamente, en los padres que condenaron o rechazaron? Una de las leyes primordiales del juego de la vida es que lo que condenas en otros, lo atraes, te conviertes o lo creas. Esto no es un error, es la forma sutil que la vida tiene para mostrarte que en ti está TODO y que no hay algo indigno de tu AMOR.
Esconderte en el traje de “Yo no soy así”, “Nunca le he hecho eso a alguien” o, si eres muy atrevida/o, vestirte de “Jamás haría/haré eso/aquello” es solo una arrogancia que ignora una parte muy valiosa en ti. Cada vez que piensas de alguna de estas maneras estás diciéndote a ti misma/o sin darte cuenta que te falta algo y por lo tanto es muy difícil que puedas sentirte pleno/a.
¿Con quién me he peleado?
Tanto si crees que te falta algo como si niegas tener los rasgos de carácter que rechazas de tu pareja, de quien estás enemistado es de una parte de ti mismo. El resultado es que, tanto si te das cuenta como si no, vives peleado con una parte de ti, y esa parte que no puedes abrazar en tu pareja es la misma parte que no puedes abrazar de ti. Este, si acaso, sería tu problema y tú pelea, no tu pareja.
Reconciliarte es amistarte interiormente con la parte de ti que condenas. Reconciliarte con tu pareja es reconciliarte contigo pero no significa necesariamente continuar con la relación. Y reconciliarte contigo es reconocer en ti los aspectos positivos y negativos que niegas tener. Si los reconoces en ti, los puedes abrazar, si los abrazas los puedes Amar. Solamente si los Amas en ti, los amarás en cualquier persona que sea tu pareja.
Oscar Durán Yates
Autor del libro Triunfa en el Amor.
Autor del libro Triunfa en el Amor.
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