Las críticas a lo alternativo.
Llevo
varios meses considerando la posibilidad de publicar esta serie de artículos
acerca de lo que yo considero psicopatologías de la nueva era o de lo
alternativo.
Ahora
me he decidido corno con- secuencia de haber participado en varios cursos en el
que aparecieron implacables una serie de esas psicopatologías, una de ellas es
la que yo llamo barrer para adentro.
Esto
significa que lo que el facilitador propone corno bueno y saludable solo él lo
ofrece; no solo piensa que es lo mejor, sino que además se atreve a
descalificar a otros cursos o técnicas que considera peligrosas o dañinas para
la salud o integridad de las personas.
No voy
a dar nombres de esos facilitadores ni de esas técnicas porque no es la cuestión
de fondo, solo quiero disfrutar en el acto de transmitir eso que he visto con
mis propios ojos, y es probable que muchos lectores lo hayan oído con sus
propios oídos.
Si es así, entonces estos artículos
los vamos
a escribir juntos. Siento que gran parte del público alternativo lo va a
disfrutar, e incluso espero que sea motivo de risa, festejo y diversión.
Como cualquier otro sector de la sociedad, lo
alternativo, no está exento de ser un mercado potencial, es decir, que es
considerado corno un nicho de consumismo en donde haya muchas personas
dispuestas a comprar. De ahí que cada vez haya más oferta y más propuestas para
un público creciente.
Solo basta con ver el público creciente en ferias y
congresos. Hasta ahí no hay nada peligroso ni que no sepamos.
Pero a la hora de adentrarnos en muchas actividades
espirituales o de crecimiento personal podernos apreciar que suceden muchas
cosas un tanto extrañas y con una notable ausencia de sentido común.
1. Barrer
hacia dentro. Atrapar a las personas en una técnica o sistema de pensamiento.
Considerar que lo que se ofrece es lo mejor, lo único; no admitir a otras
propuestas como validas e incluso descalificarlas.
2. Querer
salvar al mundo. Creer que algo o alguien pueden hacer el milagro de salvar a
la humanidad. La sensación de ser dueños de la verdad e incluso de ser un Mesías
haciéndose cargo de la responsabilidad de salvar al mundo.
3. Buscar
para no encontrar. Hacer de todo para no cambiar nada. Turismo terapéutico para
conocer todo tipo de técnicas y auto convencerse que nada ni nadie le puede
ayudar, que nada sirve. Afirmar que se quiere salir del atasco pero nunca dar
el paso hacia la salida.
4. Depender
de la autoridad. Ser sumisos a un guía, maestro o gurú. Necesitar que "un
padre" de las ordenes, que autorice, que de permiso. No hacerse cargo de
uno mismo. Pedir consejo, preguntarlo todo a otros, dejarse convencer.
5. Endiosar.
La necesidad de admirar, idolatrar e idealizar algo o a alguien. Poner en el
pedestal a otro, elevarlo tan alto que llegue a ser imposible de alcanzar. Esta
tendencia esconde envidias, una búsqueda oculta de destruir a través de la decepción.
6. Ocuparse
de otros. Preocuparse y hacer de todo para que otros cambien, se sanen, se
vean, etc. La sensación permanente de imperfección, que todo es mejorable. La
ansiosa inquietud de querer que otros resuelvan su vida y sus problemas.
7. Evadir
la responsabilidad. Buscar las raíces del sufrimiento personal fuera de esta
vida y del aquí-ahora: en el pasado, en otras vidas, en los ancestros, en los
extraterrestres, en posesiones energéticas, en el karma, etc.
8. Radicalizar.
Ser estrictos y rígidos en conductas y hábitos (por mas buenos que Sean). Obsesión
por lo sano, puro y natural. Ser inflexibles en costumbres alimentarias. Llevar
una teoría al pie de la tetra, sin escucharse, sin cuestionar nada.
9. Perseguir
altas metas. Querer alcanzar objetivos espirituales como la iluminación o el
despertar. Desear la trascendencia, llegar a ser un maestro, un referente, un
modelo a seguir, Hacer de todo por llegar a lo más alto, pero olvidarse de lo más
bajo.
10. Racionalizar
la espiritualidad. Teorizar y llenarnos de conocimientos. Espiritualizar todo
tipo de razonamientos. Elaborar una vida virtual basada en el entendimiento de
la espiritualidad pero no en la vivencia real.
11. La adicción
a los resultados. Ofrecer y comprar promesas es un juego que cuesta muy caro.
Cuando se piensa que si haces tal o cual cosa obtendrás tal o cual beneficio,
se está atrapado en la mentira de la expectativa.
12. La
necesidad de pertenencia. Querer pertenecer y defender a un grupo o sistema de
pensamiento. Identificarse con ello fijando una posición rígida e inamovible.
Centrarse en un determinado grupo de trabajo ideológico.
13. Revolcarse
en el trauma. Dar vueltas y vueltas en el pasado, ir una y otra vez a los
episodios oscuros y traumáticos para revivir heridas pero sin tener la intención
de dejar todo atrás, en el archivo de la consciencia. Querer sentirse víctima,
dar Iástima y sufrir.
14. Saltar sin
atravesar. Llegar a estar iluminado sin atravesar el dolor y la oscuridad.
Evadir la penetración en el trauma, escaparse del enfrentamiento con aquello
que nos duele. Es como un bypass espiritual. Realizar el yo superior sin sanar
el yo inferior.
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