Terapias del Alma

Despertemos nuestra conciencia e iluminemos nuestros corazones, sin olvidar cuán importante es iluminar los corazones de nuestros hermanos y hermanas para que ellos puedan despertar su conciencia también.

Ayudemos a todos los seres a vivir en armonía y sembremos amor y paz allá por donde caminemos.

Con todo mi amor y con todo mi corazón.

Mil bendiciones a todos.



miércoles, 13 de enero de 2016

Amor Imposible Amor No Correspondido II

“Cómo olvidar un amor imposible” es algo que se preguntan muchas personas. En la vida real, a diferencia de las películas románticas, no siempre se pueden derribar todos los obstáculos y lograr que el amor prevalezca. A veces hay amores imposibles que no producen satisfacción, sino que se enquistan en lo más profundo del corazón y provocan mucho daño. En esos casos, lo mejor es aceptar la realidad y aprender a olvidar.

Amor no correspondido

En una ocasión alguien afirmó que “no hay amores imposibles, sino amantes cobardes”. De hecho, muchas personas dejan de luchar por un amor debido a obstáculos que en realidad se pueden sortear, como pueden ser las diferencias sociales, la distancia geográfica o incluso la diferencia de edad.

Sin embargo, hay amores por los que no vale la pena luchar, esto sucede cuando no hay reciprocidad, lo que conocemos como un amor no correspondido, como cuando una de las personas no siente lo mismo por el otro, ya tiene pareja o tiene una orientación sexual diferente. En esos casos, aferrarse a esa ilusión significa hacerse daño.

El amor es cosa de dos y no podemos exigir al otro que nos quiera, por lo que cuando nos enamoramos de una persona que no puede o no quiere correspondernos, se convierte en una misión suicida.

¿Por qué nos empeñamos en un amor imposible?

Los amores imposibles son típicos de la etapa adolescente, el estudiante que se enamora del profesor es un ejemplo clásico. Sin embargo, a medida que maduramos estos amores quedan atrás y el objeto de nuestro deseo comienza a ser una persona más similar a nosotros, que comparte nuestros gustos e intereses.

No obstante, hay quienes se sumergen en un bucle de relaciones imposibles que nunca llegan a buen puerto. En esos casos la persona realmente no está buscando una relación de pareja estable sino que puede estar castigándose o escondiendo un temor al compromiso. En la práctica, ese amor imposible es un truco para mantenerse alejada de relaciones reales y de los “riesgos” que estas conllevan.

Otras veces nos empeñamos en un amor imposible porque lo idealizamos, creemos que si esa persona nos amase nuestra vida sería mejor o más completa. En realidad no nos enamoramos de la persona en sí, porque en la mayoría de los casos no la conocemos lo suficiente, sino de la imagen idílica que hemos formado, nos enamoramos de la persona que nos gustaría que fuera.

En otros casos simplemente nos sentimos atraídos por algo que tiene sabor a prohibido, como ser el amante de otra persona que ya tiene pareja. Por consiguiente, ese amor se convierte en un reto, un desafío. De hecho, si la persona comienza a interesarse realmente por nosotros y el amor se materializa en algo real no es extraño que la relación pierda automáticamente su encanto.

¿Por qué es tan difícil olvidar un amor imposible?

Casi siempre, cuando una relación de pareja llega a su fin, es porque ha atravesado por una serie de fases que la han conducido al desencanto. Por eso, aunque la ruptura suele ser dolorosa, tarde o temprano logramos pasar página. Sin embargo, en los amores imposibles la decepción no llega, nos quedamos permanentemente ilusionados. Entonces olvidar equivale a dejar atrás un sueño.

No obstante, vivir atados a un amor no correspondido implica maniatar nuestra vida emocional. Cuando nos llenamos de ilusiones que no se concretan, no solo nos hacemos daño, sino que nos impedimos encontrar a una persona que realmente pueda satisfacer nuestras expectativas. Apostar por un amor imposible es como hipotecar nuestras emociones, es como cultivar sin la posibilidad de ver los frutos. Por eso, a largo plazo, este tipo de amor provoca una gran frustración.

¿Existe una predisposición a involucrarse en relaciones imposibles?

Hay personas que son más propensas a involucrarse en este tipo de relaciones, ya sea por sus características de personalidad, por sus creencias, su mentalidad o por la educación que han recibido.

Las personas con una baja autoestima pueden ser víctimas de este problema ya que, en el fondo, creen que no merecen una relación real por lo que se fijan en personas que no les pueden corresponder.

Las personas que han sido educadas haciéndoles creer que no valían nada, también tienen mayores probabilidades de caer en un mecanismo de auto-sabotaje. Aunque sean adultas, siguen creyendo que no merecen conseguir las cosas buenas en la vida, como una pareja que las ame y apoye, por lo que se fijan en relaciones imposibles y así confirman la imagen que tienen de sí mismas.

Las personas con tendencias masoquistas también suelen sentirse tentadas por los amores imposibles ya que esta “relación” satisface sus ansias de sufrimiento y dolor. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Michigan demostró que el rechazo de una persona activa las mismas áreas del cerebro que se movilizan cuando experimentamos un dolor físico.

El problema de base suele ser un monopolio emocional. Es decir, cuando una persona ha crecido marcada por una emoción negativa, como puede ser la angustia o la sensación de rechazo, tendrá la tendencia a involucrarse en situaciones que generen esa emoción. Por consiguiente, un amor imposible les permite perpetuar las emociones que vivieron en su infancia y mantenerse dentro de un círculo autodestructivo, que es el único que conocen.

¿Cómo olvidar un amor imposible?

Si has caído en las redes de un amor imposible y no es la primera vez que te sucede empieza por mirar dentro de ti y encontrar las causas que te llevan una y otra vez por el mismo camino.

Pregúntate por qué te enamoras de personas inalcanzables. Quizás descubras que tienes miedo al compromiso, que no estás preparado/a para enfrentar una relación sentimental o que estás repitiendo experiencias emocionales que provienen de tu infancia.

Hay quienes “disfrutan” de ese amor idílico porque se sienten relativamente cómodos en la zona de confort que han creado y les aterroriza la perspectiva de iniciar una relación de pareja real, en la cual tienen que abrirse emocionalmente a otra persona.
El segundo paso consiste en sentirte bien contigo mismo/a. Si no te sientes a gusto contigo, si no te amas lo suficiente, entonces no estás preparado/a para comenzar una relación de pareja saludable. No olvides que los conflictos internos son la causa más común de los problemas de pareja.

También es conveniente reflexionar sobre los ideales que has creado. ¿Estás enamorado/a de una persona real o de una imagen idílica? ¿Hasta qué punto conoces a esa persona? ¿Conoces sus defectos y manías? Es probable que te asombre descubrir que en realidad conoces muy poco de esa persona y que estás enamorado/a del ideal que has creado en tu mente.

Por último, el tercer paso es abrirte a nuevas experiencias. No se trata de que apliques el proverbio “un clavo saca al otro”, pero debes ser consciente de que cuando estás obsesionado/a con un amor, no logras ver lo que ocurre a tu alrededor, te cierras a los demás y te impides vivir. Obsesionarse no es estar enamorado, aunque así lo creas. Quizás la persona que te hará feliz se encuentra justo delante de tus narices y no puedes verla porque estás mirando en la dirección equivocada.

Referencia Bibliográfica:
Kross, E. et. Al. (2010) Social rejection shares somatosensory representations with physical pain. PNAS; 108(5): 6270–6275.

Amor Imposible Amor No Correspondido I


“El amor imposible también conocido como amor platónico o amor no correspondido se refiere a la idealización de una persona o un tipo de relación afectiva que cumple con todas las características de la perfección y la felicidad que se pueda tener en este ámbito de la vida”.  O al menos eso es lo que nosotros creemos en ese momento de ceguera.

Un amor imposible puede ser aquella persona que si bien considero que es ideal para mí, ya está comprometido en una relación de pareja con alguien que conozco o puede ser muy cercano y por tanto, mi relación de amistad o compañerismo con esa persona no me permite acceder a él/ella.
Por último, se puede reconocer el amor imposible en una persona del común a quien se juzga como ideal pero se considera inalcanzable porque siento que siendo como soy, nunca podría fijarse en mí”.

Es importante saber que la idealización es un proceso cognitivo natural en la fase de enamoramiento entre una pareja, pero que tarde o temprano termina cuando se conoce al otro como verdaderamente es”.

El amor imposible no es sinónimo de miedo aunque en él pueden confluir las inseguridades que muchas personas tienen de llegar a ser amados o merecer ser amados por alguien que cumpla con una serie de características consideradas socialmente como ideales tanto como persona o pareja”.

"Es importante saber que si bien cognitivamente todos los seres humanos tenemos concepciones del amor y de la pareja que son ideales, los cuales se constituyen en el estándar frente al cual juzgamos nuestras relaciones de pareja y en ocasiones nos producen frustración, lo cierto es que en el diario vivir de las relaciones afectivas ninguna pareja es ideal o la media mitad de la otra.
Existen simplemente parejas que cumplen un buen porcentaje de nuestras expectativas en la vida, otras que cumplirán en el transcurso de la relación según se maneje y algunas que nunca cumplirán porque nada es perfecto.
Es por ello que al elegir una pareja se debe partir de lo real y no de lo ideal. Esto no significa que no se pueda soñar o ser romántico, ni que muchas cosas ideales no sucederán en la relación pero se debe partir de condiciones básicas y no negociables que se esperan de una persona y una relación de pareja”.


Para ser feliz debes aprender a ignorar a muchas personas



Muchas veces alejarnos de las personas conflictivas no solo es una cuestión de comodidad, sino de salud mental. Hay actitudes que nos llegan a desequilibrar tanto que nos bloquean y nos impiden realizarnos, sometiendo nuestro bienestar emocional a sus antojos.

Todos sabemos de buena tinta que nuestras relaciones no siempre nos aportan algo positivo, aunque realmente lo esperemos. A pesar de que somos conscientes de esto, nos cuesta darnos cuenta de que estamos alimentando intercambios tóxicos.

O sea, nos parece algo “tonto” e incoherente pero, sin embargo, no podemos escapar de la realidad. Sacrificar nuestro bienestar por los demás está a la orden del día para cada uno de nosotros.

Así que nos encontramos ante el triste panorama de vivir sometidos a relaciones insanas con personas que no nos aportan sinceridad ni buenas emociones. Es decir, intercambios cargados de intereses y egoísmos. Por eso, para poder crecer debemos aprender a ignorar a cierta gente en ciertos momentos.

¿Qué es lo que debemos ignorar para ser felices?

Las situaciones a partir de las que conviene comenzar a regalar nuestra ausencia son variopintas. 

Normalmente podemos reconocer con facilidad lo que nos turba pero es posible que nos lleve un tiempo en otras ocasiones.

Conocerlas nos ayudará a tomar conciencia de la realidad e incluso puede ayudarnos a anticipar estas cuestiones, de manera que podamos impedir que nos hagan más daño que el inevitable. Dicho esto, veamos algo más detenidamente lo que debemos aprender a ignorar:

1. Las críticas de los demás. Nadie nos puede afectar sin nuestro consentimiento. O sea, somos nosotros lo que damos validez a las opiniones de los demás. Lo que otros piensen sobre las decisiones que tomamos no debería importarnos, ya que es tan probable que nosotros nos equivoquemos como que ellos lo hagan.

2. La creación de inseguridades. Hay personas que se piensan que son expertos en la vida de todo. Estos acaban consciente o inconscientemente, creando inseguridades y pequeñas frustraciones en la gente que les rodea. Procura ignorar este tipo de actitudes, pues solo te conducen a la frustración.

3. Preocuparnos por lo que no podemos controlar. Si nos preocupa cómo va a actuar esa persona o qué va a hacer o decir, algo va mal. O sea, la gente no va haciendo daño deliberadamente y no debería de tenernos en vilo que nos respeten o no. Si esto ocurre, es mejor de te alejes de esa persona.

4. Las comparaciones obsesivas. Está muy bien que la gente triunfe y tenga éxito, pero no que hagan sentir a los demás poca cosa. No hay persona más insignificante que aquella que usa sus logros para menospreciar a los demás. Por eso, sigue centrándote en lo que tú puedes hacer para seguir creciendo y recuerda que lo que consigas depende en gran parte de que te lo creas.

5. Los intereses y egoísmos. No todo el mundo te está ayudando cuando intentan aparentar estar haciéndolo. Empieza a desactivar la realidad y analiza hacia qué lado se inclina la balanza siempre. Si hay un equilibrio, significa que hay armonía en vuestra relación; si por el contrario no lo hay, algo va mal.

Regala tu ausencia a quien no valore tu presencia.

Regala tu ausencia y tu indiferencia a quien no te valore; pero no de cualquier forma, auséntate emocionalmente. No lo hagas como una forma de venganza, sino como una manera de protegerte.

Tenemos que darnos cuenta que con el tiempo la imagen que tenemos de las personas puede cambiar, lo que implica que desconoceremos a aquellos que creíamos conocer.

A veces nos percatamos demasiado tarde de que todo lo que hemos hecho por alguien ha sido ignorado o menospreciado en el terreno emocional. Es posible que entonces nos sintamos decepcionados y que nos demos cuenta de que no han movido ni un dedo por nosotros.

Conseguir que lo que alguien haga o deje de hacer no nos afecte actúa como un bálsamo. Puede que resulte costoso al principio, pero los resultados comienzan a notarse bien pronto en nuestra salud emocional.

De hecho, cuando somos capaces de hacerlo, nos damos cuenta de que es un verdadero placer poder escucharnos sin nada que enturbie nuestro diálogo interior. La verdad es que intentarlo no solo merece la pena, merece la alegría.